Incluso el más viejo, "comido" por el tiempo y el óxido, puede restaurarse si se desea y convertirse en un buen mazo, que servirá fielmente durante muchos años. Por lo tanto, si tienes viejos martillos oxidados en el patio o en el garaje, dales una segunda vida. El proceso de "reanimación" consistirá en varias etapas principales.
Etapa 1: restauración del martillo
En primer lugar, protegemos la superficie del martillo con un cepillo de metal ordinario, tratando de eliminar el óxido existente tanto como sea posible. Después del mecanizado, sumerja al "paciente" durante un tiempo en un recipiente con ácido acético y remójelo.
Luego sujetamos el martillo en un tornillo de banco y lo rectificamos con cuidado usando amoladoras angulares, y luego eliminamos las irregularidades de la superficie en una lijadora de banda. Cuando el martillo está completamente restaurado, solo queda hacer un mango de madera. El material es mejor para usar arce, haya, fresno u otras especies de madera.
Etapa 2: fabricación de manijas
Marque un trozo del tablero a lo largo de las fibras y corte el mango de la sierra de cinta. Luego le damos a la pieza de trabajo una forma ligeramente redondeada, la sujetamos en un vicio y la planificamos. A continuación, colocamos el martillo en el mango de madera, pero primero debe hacer un corte longitudinal en el mango para clavar una cuña.
También clavamos en el mango del martillo un soporte metálico de tres dientes. Luego quemamos la parte inferior del mango con un quemador de gas (aproximadamente al centro) y aplicamos dos o tres capas de aceite de linaza. Tal impregnación no permitirá que la madera se seque, por lo que el martillo se sujetará firmemente al mango. El proceso detallado de los trabajos de restauración, ver el video en el sitio.